TREKKING
Esta mañana📌 aprovechamos para preparar una cima nueva del "Proyecto Envelopero 72 Cimas Alicantinas"... El MONTE BATEIG⛰ 552M de Elda, por la "Senda de la Cultura📯 y el Saber📚", ambientada👁 con cientos de monolitos y piedras planas con poemas, refranes y citas históricas. ¡¡Un espectáculo!! ... No te la pierdas cuando volvamos...
Esta mañana📌 aprovechamos para preparar una cima nueva del "Proyecto Envelopero 72 Cimas Alicantinas"... El MONTE BATEIG⛰ 552M de Elda, por la "Senda de la Cultura📯 y el Saber📚", ambientada👁 con cientos de monolitos y piedras planas con poemas, refranes y citas históricas. ¡¡Un espectáculo!! ... No te la pierdas cuando volvamos...
"(...) En los últimos años, un grupo de amigos aficionados al senderismo ha acondicionado las sendas tradicionales en lo alto de la sierra, quedando balizadas a ambos lados con piedras. A lo largo de ellas, se han levantado pequeños monolitos, y las sendas están acompañadas de piedras planas en las que hay escritos poemas, refranes, o citas históricas. En el área cercana a la cima, se han acondicionado algunos rincones como merendero o zona de descanso, o pequeños refugios en los que poder parapetarse del sol. Algunos caminos y rincones se les ha bautizado con el nombre de famosas vías de Elda, como Calle Jardines, Calle Colón, o Plaza Castelar... (...)" (VER)
“(...) Senda de la
Cultura y el Saber”, un tramo de camino jalonado de
piedras planas como hojas de un libro, en las que
unos montañeros quisieron plasmar aquellas metáforas , pensamientos o máximas, que además de
curtir el cuerpo pudiera ejercitar la mente. (...)" (VER)
"(...) toda esta«obra de campo» la han realizado tres montañeros eldenses, Pepe Navarro, Luis Navarro y Francisco Moya. Si queremos conocer la historia de este sendero, debemos remontarnos algunos años hacia atrás, a 1995. Por esas fechas, Pepe y su hermano Luis tenían la costumbre de ascender a Bateig muchos fines de semana; partían de un sendero que sale desde la Peña del Sol, a la izquierda,y que lleva hasta la cumbre del monte que divisamos desde ahí. Una vez arriba, tomaban un camino otra vez hacia la izquierda y llegaban a una caseta o —para ser más exactos—a lo que queda de una caseta, lugar donde se detenían a descansar y disfrutar de la vista. Sin embargo, el azar quiso que en una ocasión pudiera observar cómo otro montañero, ascendiendo por el mismo camino, se dirigía, no obstante, en otra dirección, a la derecha, y continuaba por allí hasta perderse de vista. Esa casualidad y cierta curiosidad provocaron que ambos tomasen la decisión de recorrer esa nueva ruta; así fue cómo descubrieron que Bateig era bastante más que lo que hasta ese momento conocían. El nuevo camino les llevó hasta la señal geodésica que marca la mayor altura del monte. Lo que descubrieron de ese modo fue una zona del monte poco frecuentada y, por tanto, desconocida para muchos. Desde ese momento, para ellos se convirtió en algo habitual recorrerla los fines de semana. De esta manera también fue cómo descubrieron que, en los alrededores de la marca geodésica, la zona estaba repleta de piedras de diferentes formas y tamaños diseminadas aquí y allá. El origen de tal acumulación de piedras en la zona es un misterio, aunque Pepe piensa que son los restos de campos cultivados y abandonados hace ya mucho tiempo. Fue en ese momento cuando se le ocurrió la idea de utilizar todo aquel material para marcar el sendero y, así, preservarlo del deterioro. Comenzaron a colocarlas piedras a lo largo de los bordes del camino, allá por octubre de 1995, empezando desde el mismo punto geodésico y en dirección hacia abajo. Durante bastante tiempo, unos tres años aproximadamente, Pepe llevó a cabo esta tarea solo o ayudado por Luis, durante los fines de semana, llevando piedra a piedra y colocándolas a la misma distancia unas de otras. Cuando se alejaban bastante del lugar en donde se acumulaban las piedras, volvían atrás, recogían y llevaban bastantes a un mismo sitio, formando una especie de «cantera» desde donde poder continuar con el trabajo y, desde ahí, continuaban. Con el tiempo, se unió a ellos Francisco y, desde ese momento, Pepe y él formaron un equipo de trabajo permanente de cuyo esfuerzo hoy nos podemos beneficiar todos. Un equipo de trabajo en el que, dicho por ellos mismos, no faltó una cierta distribución de tareas cuando las circunstancias así lo requerían; mientras Pepe continuaba su labor de colocar las piedras en el sendero, Francisco se ocupaba de la limpieza de las pocas arboledas de pinos que quedan en la zona, desbrozándolas y protegiendo los brotes para su conservación. Durante cinco años, casi todos los fines de semana, dedicaron su tiempo libre a este «trabajo», aunque para ellos no era, con toda seguridad, un «trabajo», sino más bien un agradable esparcimiento. A veces, se unían a ellos en la tarea algunos otros montañeros que, como ellos, forman parte de un grupo de montaña de nuestra localidad, los «Diez Amigos de Elda». Finalmente, cuando llegaron al final del sendero marcado, decidieron colocar un cúmulo de piedras que, de alguna forma, marca la entrada al sendero y sirve para conmemorar el esfuerzo realizado. Quien se acerque por allí no dejará de asombrarse ante el aspecto que tiene el cúmulo, realizado con piedras cuidadosamente encajadas unas con otras hasta completar su forma cónica y desde cuyo interior se eleva un monolito al que han unido una placa en la que se menciona a los autores y las fechas de comienzo y finalización del trabajo." (VER)
Espectacular
ResponderEliminarYa estás tardando en ir a hacerla...
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